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Como todos sabemos, la impresión es un proceso implícito en la digitalización. Tanto, que, en los últimos diez años, la forma en la que se utiliza la impresión ya sea en las empresas como en los hogares, ha cambiado radicalmente, y más en tiempos de pandemia. ¿Pero en qué ha consistido esta transformación? Uno de los grandes cambios se produce en qué imprimimos y cómo imprimimos. Si anteriormente imprimíamos cantidades multitudinarias de papeles, ahora cada vez imprimimos un mayor número de documentos, pero con un menor número de páginas cada uno.

Los nuevos hábitos de consumo, y la hiperconectividad a la que estamos expuestos, han provocado una nueva tendencia hacia la integración de cada vez más funcionalidades relacionadas con el Internet de las cosas. Por ejemplo, facilitar y mejorar la conexión a redes Wifi, optimizar la funcionalidad desde los dispositivos móviles para que la experiencia del usuario sea cada vez más equiparable a la de trabajar con un PC, o incluso la conexión con la nube o las redes virtuales, entre otras. Y, sobre todo, sin descuidar nunca uno de los mayores retos de este mundo cada vez más digitalizado: la ciberseguridad. Ya que uno de los peligros más acuciantes de esta realidad tan interconectada, del ioT y de la inteligencia artificial, es precisamente la vulnerabilidad de los sistemas informáticos ante posibles hackers. Con lo cual, es fundamental proteger y codificar la información de estas ciberamenazas para generar la confianza de los usuarios, estén donde estén, ya sea en la oficina, en el hogar o en desplazamiento.

La impresora del futuro

Y ¿hacia dónde vamos? ¿Cómo serán las impresoras del futuro? Pues… aunque soñar es gratis, no es nada utópico imaginar que en cinco años (o incluso menos) le pidamos por voz a la impresora que nos imprima, por ejemplo, el menú del comedor del colegio de nuestros hijos. (Algo que, por cierto, ya podemos realizar través del asistente de nuestro móvil, ¿lo habéis probado?). En un futuro un pelín más lejano, en diez años aproximadamente, puede que los equipos de impresión cuenten con un asistente virtual que nos ofrezca avisos inteligentes, como disponer de información nueva y que además interactúe con nosotros para que elijamos en qué dispositivos deseamos visualizar esa información. Si la queremos ver en la televisión, en nuestras gafas inteligentes, en un espejo inteligente, etc, o que podamos darles diferentes órdenes por voz, como la de imprimir, por ejemplo, entre otras muchas ventajas. Sea como fuere, lo único que está claro es que los equipos de impresión han llegado a nuestras vidas para quedarse.